Un vistazo a mis pensamientos.

Muchos mexicanos ven a Estados Unidos como 'el sueño', como aquel lugar donde pueden alcanzar una vida digna, vemos al país como ese escalón que muchas veces nos falta dar para llegar al éxito. En cuestiones futbolísticas, Sudamérica es nuestro sueño. Conquistar la tierra argentina, brasileña, o uruguaya, es lo que nos falta para poder ser un país de élite en cuestión de futbol. A nivel de selecciones, nos hemos quedado en la línea dos veces, en 1993 ante Argentina, y en 2001 contra Colombia. En la primera final ni siquiera había nacido, y en la segunda era muy joven como para que me doliera. A nivel de clubes, ya han sido tres ocasiones en las que un equipo mexicano se ha quedado a nada de ganar la copa libertadores (el máximo trofeo a nivel de clubes de América) mientras que en la Copa Sudamericana, de 3 equipos que llegaron a la final, solamente Pachuca logró ganarlo. ¿Por qué nos cuesta tanto lograr ese sueño sudamericano? ¿Por qué nos hace falta dar ese "pasito"

En medio de situaciones bastante feas, uno tiene que aferrarse a lo que ama, y una de esas cosas que amo es el escribir. Escribir sobre mis pensamientos es una gran manera de desahogarse, piensas sobre cosas, las escribes, las publicas y alguien más comienza a discutir acerca de ello, es totalmente grandioso. Afortunadamente, ayer vi algo que me abrió los ojos, algo que me dijo al oído "Jorge, tu debes escribir de nuevo", y estoy seguro que no fue por las cervezas ni el trago amargo que me dieron ayer, de lo que hablo es de nuestro grandioso (o patético) clásico nacional. El día de ayer estaba muy ilusionado, esperando a un América volcado al frente, buscando dar un golpe de autoridad en la liga (como esos que Veracruz y el Querétaro le pegaron al AME) con el juego ofensivo que nos prometieron desde el inicio de la liga, y también esperaba a unas Chivas motivadas, yendo al frente con orden, característica clara de su técnico. ¿Con qué me encuentro al finalizar el partido? C

  Sé que es un poco tarde, pero ¡feliz año nuevo! Espero y ustedes, estimados lectores tengan un bello 2015, y que sea mucho mejor que el 2014 y los demás años, créanme que ya tenía muchísimas ganas de volver a escribir en este blog que he abandonado un poco (muchísimo tiempo) por razones que seguramente a ti que lees esto te importa un comino. Después de 37 entradas en el 2013, la página cayó a sólo 7 en el año pasado; sin embargo, durante este 2015 prometo muchas entradas para usted que le encanta (o no) visitar y leer lo que se escribe aquí.   Como sucede cada año, nos empecinamos en hacer propósitos de año nuevo. Bajar de peso, hacer ejercicio, echarle más ganas en la escuela o conseguir pareja son algunas de las cosas que normalmente nos establecemos como metas en el transcurso del año. Todo esto llega porque queremos hacer una revolución en nuestro modo de vivir, cambiar para bien, ser mejores personas, etcétera, etcétera. Lo que no nos ponemos a pensar (y que debería ser una d