Renacimiento de un grande.
Das el partido por terminado al minuto 20, te vas acostumbrando a las burlas por la derrota ante tu rival odiado, en casa y con un hombre menos, y por si fuera poco, tus ataques son muy predecibles, te sales de las redes sociales para evitar hacer comentarios de ardido, y empiezas a hacer los 'apuntes de un americanista dolido', llega el minuto 88, te ilusionas, y, de pronto, como si estuvieras soñando, se empata el global al 93, y lo demás ya es historia... El América ayer nos enseñó una lección no solo futbolística, sino también de vida, nos mostró que jamás debemos bajar los brazos a pesar de que todo esté en contra de nosotros, no importa cuantos minutos falten, cuantos jugadores menos o más estén en la cancha, mientras haya tiempo por jugar, hay esperanza. Estoy seguro que ni el mejor guionista de telenovela de Televisa habría imaginado semejante final, con tal emoción que hasta el dueño de dicha televisora mostró su emoción de sobra. El partido se dividió en